10 cosas que puedes hacer para apoyar la igualdad de género en la comunidad de las cuerdas.

por:

Texto original públicado en: http://senseshibari.com/10-things-you-can-do-to-support-gender-equality-in-the-rope-community/

Nunca quise empezar Hitchin ‘Bitches. No quiero vivir en una sociedad patriarcal, sexista que mantenga a hombres y mujeres en diferentes niveles. Tengo la esperanza de vivir en un mundo en el que sólo tengamos riggers, de la misma forma en que tenemos electricistas, músicos o médicos. No se dice «mujeres doctores» o «mujeres músicas», en cambio “médico” se entiende siempre como masculino.

Lamentablemente, aún no estamos en ese punto. Rara vez escucho el término “rigger masculino”, en cambio “rigger femenino” se usa frecuentemente. Cuando creemos que la palabra rigger quiere decir “macho” y ni siquiera tenemos que aclararlo, porque está sumamente arraigado en el lenguaje, esa certeza determinará casi todo. Afortunadamente hay gente que no habla de los riggers que resultan ser mujeres como “riggers femeninos” y eso me hace increíblemente feliz. Aquellos que tratan de forma diferente a quienes se identifican como “mujeres” o a quienes no se incluyen en ese espectro pero su trabajo no parte del “rigger masculino”, ejercen un enorme prejuicio dentro de su comunidad. Además, se invisibiliza a otras identidades de género que también disfrutan de las cuerdas.

Esto no significa que quiera un capítulo exclusivo en el próximo libro de Douglas Kent. No acepto la premisa de debilidad o de menor valor, tampoco acepto que me aten de forma diferente porque tengo un coño y tetas, y una genética diferente a la que se considera fuerte y de valor. No necesito un capítulo donde se me exponga como diferente por ser mujer, donde ser mujer sea considerado insuficiente. Necesitamos un capítulo que aborde cómo atar órganos que se perciben como diferentes a los establecidos.

No soy una flor especial que necesita agua especial, y no soy débil, pero si estoy atando o siendo atada en un espacio público podría apostar que habrá disturbios tratando de “ayudar”. Si juego con otra persona que se identifique también como mujer, hay una gran probalidad de que tanto ella como yo recibamos atención y comentarios no deseados. Hablé con otros riggers acerca de esto y en sus rostros pude ver la revelación, porque ellos sólo tienen que rechazar o apartar a quien se entrometa. Adivina qué, ellos se identifican como hombres.

Tampoco necesitamos caballeros de brillantes armaduras que nos digan lo que debemos hacer. Tomamos las cuerdas con la misma pasión de cualquier persona, buscamos el conocimiento como cualquier persona y también podemos equivocarnos cualquier otra persona.

Quiero decir: si te preguntas cómo ser un apoyo para lograr una comunidad donde no haya diferencia entre “riggers” y “riggers mujeres”, acá encontrarás algunas sugerencias que puedes aplicar:

  1. Utiliza el término con el que nos sentimos cómodos, ya sea la cuerda superior, el rigger, o quien sea. No añadas “mujer” a menos que así lo expresemos nosotras mismas. Evita palabras como “bunny” o “sub” a menos que a quien te refieras se haya identificado como tal. Para empezar, intenta usar lenguaje inclusivo y/o neutral en una clase a menos que la situación de aprendizaje requiera de otra comunicación. El lenguaje neutral significa que no asumimos una relación de DS en la comunidad de las cuerdas. El hecho de que alguien funja como “Top” o “Bottom” en la interacción de las cuerdas no significa que sean sumisos o dominantes en relación con la persona que se ata.
  2. Cuando sea posible, verifica a quienes elogias, contratas o promueves, y vigila la representación desigual. No es que yo sea un ejemplo, pero te apuesto que siempre habrá personas tan buenas como las que ahora tomas por sentado. No me refiero únicamente a la representación sino a cómo se imparten las clases, a cómo están dirigidas. Incluso tendrás la oportunidad de redirigir la enseñanza y tener más afluencia en la asistencia.
  3. Si piensas que somos excitantes cuando atamos, está bien. Si nos ves excitadas cuando estamos atadas, también está bien. Pero si quieres hacernos un cumplido, no dejes que esa sea tu única observación. Las mujeres somos considereadas objetos todo el tiempo, así que no necesitamos que ese sea el foco de tu comentario. La cuerdas quizá son un refugio para muchas de nosotras en donde podemos escaparnos de los estereotipos, en donde nuestros cuerpos pueden desenvolverse sin ser considerados objetos. Por ejemplo, nunca darías un cumplido a un hombre cis basado en su género; algo como “Hombres atando: ¡impresionante!”. Así que piensa en tu cumplido como algo sustancial, que no esté determinado por las virtudes o cualidades que le otorgas al género.
  4. Sujétanos a los mismos estándares. Somos tan humanos como tú. Aprendemos, queremos compartir, queremos ser responsables. Simplemente no seas condescendiente porque eso apesta.
  5. No asumas que una mujer es inferior a ti en una clase o en un juego. No asumas, punto. Uno de los comentarios que escucho frecuentemente de quienes vienen a Hitchin ‘Bitches, es que han querido atar desde siempre, pero sólo han podido ser atadas porque esas son las expectativas o los supuestos. Considera esto la próxima vez que estés atando.
  6. Pregunta por nuestras experiencias. Escucha. No intentes decirnos cómo debemos sentirnos o cómo deberíamos actuar. Pregunta qué es lo que esperamos, lo que necesitamos, lo que nos gustaría obtener. Pregunta qué puedes hacer.
  7. Si tenemos opiniones fuertes, no nos llames perras (usamos “perra” como una posición de poder, y no aceptaremos que se use en nuestra contra o para herirnos). Si hay decisiones que generan incomodidad, enfócate en eso y exprésalo sin optar por injurias. Si nos emocionamos, no nos llames histéricas.
  8. No nos incluyas en capítulos separados de un libro. Eso es sexista, condescendiente. Impone una comprensión binaria del género y añade muy poco a los esfuerzos por alcanzar un trato igualitario. No generemos estrategias educativas basadas en el género. Trata de expresar lenguaje inclusivo para dirigir y crear material educativo.
  9. Álzate contra las violaciones del consentimiento. Teóricamente o prácticamente, en cualquier situación que esté en tus posiblilidades. No culpes a la víctima. Un espacio seguro no es aquel que proteje a quienes no respetan los límites o el consentimiento. Esto es independiente del género. Si alguien expresa sexismo o cree que somos flores débiles que necesitan tratos especiales, nos enfrentaremos a ellos.
  10. Pregúntate a ti mismo cómo conducirte, y piensa que no puede seguir existiendo una diferencia en cuanto a la percepción de “riggers” y “riggers mujeres”. Es necesario, no podemos dar un paso atrás porque de ser así será un caos de personas que tratan de pasar por encima de otras, y eso nunca es bueno.

Gracias por hacer lo que crees que puedes hacer. Juntas podemos crear comunidades más inclusivas.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Autor